(Cállate, no te signifiques, tú qué vas, ¿de lista? No se puede)
(Cállate, no te signifiques, tú qué vas, ¿de lista? No se puede)

Ya no hay cultura en la calle, solo vehículos, bares.
Prefieren el gris en distinto valor que el graff en color y detalles.
Ya no se toca en la calle. Ya no se baila, para qué.
Bailar es tumulto de un cuerpo placer, vicio común, sancionable.

(Cállate, no te signifiques, tú qué vas, ¿de lista? No se puede)
(Cállate, no te signifiques, tú qué vas, ¿de lista? No se puede)

Ya no se escucha en la calle, no hay pájaros, gente que charle.
El motor es la banda sonora, la hora que ahora produce detalles.

(Cállate, no te signifiques, tú qué vas, ¿de lista? No se puede)

Ya no se para en la calle, hay cámaras por todas partes.
Todo se mueve, si tú no te mueves escóndete en los no-lugares.
Van a por tí, a asimilarte. Ablándate, mata tu arte.
Compras. Te compras. Te venden. Te vendes. Te anulas. Te aburres. Te partes.
¿Cuánto pagas? Cuánto vales. ¿Cuánto tardas antes de cansarte?
Las paredes censuran cultura pero la cultura desaparece así.
¿Cuánto mide tu ego? ¿Cuán pura es tu pasión?
¿Cuánto vale al sistema tu compra-eliminación?

(Cállate, no te signifiques, tú qué vas, ¿de lista? No se puede…)

Para, para, ¡para!

(Cállate, no te signifiques, tú qué vas, ¿de lista? No se puede…)
(Cállate, no te signifiques, tú qué vas, ¿de lista? No se puede…)

Ya no se escucha en la calle, no hay pájaros, gente que charle.
El motor es la banda sonora, la hora que ahora produce detalles.

(Cállate, no te signifiques, tú qué vas, ¿de lista? No se puede)
(Cállate, no te signifiques, tú qué vas, ¿de lista? No se puede)